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Misión Continental

Carta a la Diócesis de Zacapa y
prelatura del santo Cristo de Esquipulas

 

A las hermanas y hermanos fieles laicos,
A las consagradas, consagrados y al presbiterio:

¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio! (1 Cor 9, 16) Estas palabras del Apóstol san Pablo queremos hacerlas nuestras en el caminar que hemos emprendido con las Santas Misiones Populares. 


Estando muy cercana la celebración del acontecimiento tan importante del primer retiro diocesano de los misioneros y misioneras, quisiera dirigirles unas palabras más para que podamos aprovechar esta gran oportunidad. 


Con las Santas Misiones Populares respondemos a la voluntad del Señor, que nos envía a predicar el Evangelio (Mc 16,15) y hacer discípulos a todos las gentes. Este tiempo tenemos que verlo como “tiempo de gracia”, “día de salvación”, y por lo tanto les exhorto como san Pablo “a no echar en saco roto la gracia de Dios” (cf. 2Cor 5, 20-6, 2). 


Con esta carta quiero anunciarles con gozo que llegó el momento de comenzar las Santas Misiones Populares. Éstas han nacido del deseo de hacer  misioneras las parroquias de nuestra diócesis y prelatura, para responder a la voluntad del Señor,  que nos envía a todo el mundo a predicar el evangelio (Mc 16, 15)  y hacer discípulos entre todos los habitantes de las naciones (Mt 28, 19). 

 

Nuestra respuesta a la misión continental

Los Obispos reunidos en Aparecida nos han pedido de manera inexcusable que “con entusiasmo realicemos la gran Misión Continental, la cual  será para todos un nuevo Pentecostés que nos impulse a ir, de manera especial, en búsqueda de los católicos alejados y de los que poco o nada conocen a Jesucristo”.  “Misión que debe llegar a todos,  ser permanente y profunda”. (Mensaje final, 5). Son palabras muy comprometedoras que nos obligaron a hacer un alto en nuestra vida y en nuestro trabajo pastoral y, después de haber reflexionado durante bastante tiempo en el presbiterio y en la asamblea diocesana y prelaticia, hemos tomado juntos la decisión de optar por las Santas Misiones Populares, en sintonía con nuestro proyecto pastoral.

 

¿A quiénes compromete las santas misiones populares?

Ante todo, a los Consejos de Pastoral sobre quienes recae la principal responsabilidad, así como a las misioneras y misioneros que han sido designados para este propósito y quienes tienen que esmerarse en su formación específica. Además las comisiones pastorales, los catequistas, ministros extraordinarios de la Comunión y los movimientos laicales, que, sin renunciar a su identidad, se integren plenamente en el proceso de las Santas Misiones Populares, con la finalidad de construir juntos una parroquia, comunidad de comunidades, en la que cada creyente llegue a ser discípulo misionero para el servicio de la vida digna de nuestro pueblo. Será muy alentador ver la participación de familias, jóvenes, niños, campesinos, profesionales, de hombres y mujeres de las ciudades. Como lo dice Aparecida: “ninguna comunidad debe excusarse de entrar decididamente, con todas sus fuerzas” (DA 365); y el Mensaje final nos urge: Jesús invita a todos a participar en su misión. ¡Que nadie se quede de brazos cruzados!

¿Cuáles son los objetivos que nos hemos propuesto como iglesias locales?

Llegar a ser una Iglesia en comunión, llena de ímpetu y “audacia misionera”, en que todos los bautizados tengan la posibilidad de tener un encuentro personal con Jesucristo, que les lleve a un cambio de vida integral (DA 278. 223ª)  y consecuentemente lleguen a ser misioneros.

Partir del sólido fundamento de la Palabra de Dios conocida y profundizada con su lectura orante. Formar nuevas comunidades fraternalmente unidas, donde sus miembros se sientan valorados y corresponsables  en el trabajo, para que las parroquias sean redes de comunidades vivas.

Tener una experiencia profunda e intensa del Dios Amor que nos lleve a un cambio de vida integral.

Dar un verdadero sentido a nuestra vida.

Convocar a todas las fuerzas vivas de la sociedad para el cuidado de la creación, la casa común, que está en riesgo; y favorecer un desarrollo humano sostenible basado en la justa distribución de las riquezas y la comunión de los bienes entre todos (cf. DA. Mensaje Final, n. 4).

 

Diócesis de Zacapa y Prelatura del Santo Cristo de Esquipulas: ¡ÁNIMO, nuestra vida es Misión!

Hoy cobra toda su fuerza para nosotros la Exhortación de los obispos de Guatemala, al convocar el año pasado a la Misión Continental: “¡Ánimo, Iglesia de Guatemala!  ¡Tu vida es misión! 

 

Cuentas con la fuerza del Espíritu para ser Iglesia misionera. Ofrece a todas las gentes, con sencillez y valentía, el Evangelio que es Jesús. Enciende el corazón de los jóvenes que buscan sentido para sus vidas y alegría para su corazón.  Pon fuego en las familias para que sean hogar en que madura la fe y crezcamos en santidad.  Recuerda en especial a los que se alejaron y aquellos de los cuales tú misma te alejaste.  Dialoga con confianza con quienes dicen que no creen en Dios y que no saben nada de Jesús. Ofrece a toda la sociedad la fuerza humanizadora del Evangelio. 

 

Promueve la solidaridad, la reconciliación y la paz. Sé impulsora de la dignidad de los hombres, de la calidad moral de los pueblos, del desarrollo liberador de las culturas.  Acoge en tu seno a los pobres, a los enfermos y marginados porque tú reconoces en ellos a los hijos e hijas de Dios.  Alumbra, para todos, la esperanza del Reino, que señala el rumbo y la meta de nuestras vidas”.

 

Recordando las Fechas de nuestro primer retiro

Para la Diócesis de Zacapa y Chiquimula los días 30, 31 de julio y 1 de agosto.

Para la Prelatura de Esquipulas los días 6, 7 y 8 de agosto.

Con la ayuda del Espíritu Santo y María unámonos en la oración.

El Espíritu Santo es el protagonista de la misión, por eso tenemos que invocarlo con toda la fuerza de nuestro corazón. La Virgen María, Nuestra Señora de Fátima nos acompaña con su intercesión para que seamos auténticos discípulos misioneros de su Hijo Jesucristo. 


Pido a todas las parroquias que durante la mañana del domingo en que celebraremos el retiro las comunidades nos acompañen con la oración. En la tarde se celebrara la Santa Eucaristía.


Me despido de ustedes con las palabras del Apóstol: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté con todos ustedes” (2 Cor 13, 13)

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